Altas horas de la noche (libre)

Es fácil engañar a la gente, hacerle creer que las ama y ellas, ciegas perdidas de amor,te dejan hacer lo que te da la gana. A sí es como llegué a Nueva York. Engañandolo a mi odioso esposo con un simple: "Hay que llevar mercancia muy importante... es mejor que vaya en el viaje para asegurarme". Él me había mirado orgulloso y se había callado. Es fácil engañar a las personas.

Nueva York era una ciudad más, yo solo la veía como un lugar de diversión donde poder olvidar. Olvidar... si fuera tan fácil olvidar el pasado quizás todo sería distinto...Al llegar alquilé una habitacion lujosa en uno de esos grandes edificios me dispuse a dar una vuelta. Serían las 12 de la noche... suena peligroso para una dama. Pero yo realmente no era ninguna de esas chicas quejicas que salen en las pelis. Me guardé mi pequeño revolve en el bolso y salí a dar un paseo.

Mis pies me llevaron hasta el gran parque. El pulmón de NY. Todo esatba oscuro eceptuando las zonas donde estaban las luces que alumbarban tenuamente. Quizás me susté de lo que venía por no estar etenta. Escuché la pisadas de alguien y sin pensarmelo dos veces saqué mis pistola. Apunté hacia el ruido.- ¿quien anda ahí?- pregunté un tanto irritada. Odiaba que me interrumpiesen.